En esa enorme dicotomía del ser
que nos envuelve con su manto cada día,
entre lo que quiero y lo que anhelo,
entre lo que pienso y lo que digo,
entre lo que hago y lo que logro,
entre lo que espero y lo que obtengo,
entre lo que doy y lo que recibo.
¿Habrá alguna vez una posibilidad de equilibrio?
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Cavilaciones